“Tendré mi morada junto a ellos; yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo.” Ezequiel 37,27
¡Poner en práctica la fe católica en un hogar gozoso y bien dirigido no debería ser una gran lucha! Por eso, la Comunidad Casa de la Trinidad inspira a las familias a hacer de su hogar un sabor del cielo, para la renovación de la fe y la cultura.
¿Cómo puede una familia hacer de su hogar un sabor del cielo? Para comenzar, la familia es una comunión de personas, como es la Santísima Trinidad, de modo que ya desde el inicio está muy cerca de entrar en la vida divina. El cielo es vivir con Dios —Padre, Hijo, y Espíritu Santo— y con sus santos, especialmente nuestra Santísima Madre María. Para vivir con Dios, la familia debe seguir el modo de vida de Dios en que están centrados los unos en los otros, y que el Señor Jesús hace posible. Al cultivar una vida de comunión, de poner primero al otro, la casa familiar se convierte en un sabor anticipado del cielo.
En términos prácticos, para hacer del hogar un sabor del cielo hay que comenzar por recibir la propia vida de Dios, una vida de comunión, en la Eucaristía de la misa dominical. El Camino de la Casa de la Trinidad consiste en traer esa comunión con Dios, que recibimos en los sacramentos, a todos los niveles de una Casa de la Trinidad: Vida de Fe, Persona y Relaciones, Economía Familiar, Cultura Familiar, y Hospitalidad y Servicio.
¡Usted puede aprender mucho más ahora mismo acerca de cómo participar en la vida del cielo, viendo en línea y gratuitamente nuestro Taller El Cielo en su Hogar! Después de ver el Taller, siga cada semana las Cartas El Cielo en su Hogar y únase a un Grupo Comunitario Casa de la Trinidad (o inicie uno), para recibir aliento de otras familias que están esforzándose por construir sus propias Casas de la Trinidad. Súmese a este esfuerzo y haga de su propia casa un sabor del cielo para compartirlo con familiares, amigos y vecinos.